Esta sobria puerta
de la calle des Tanneries esconde un gran patio pavimentado, cargado
de historia.
En el siglo XVII, los
católicos padecían muchas persecuciones en Inglaterra
y algunos se refugiaron en países más acogedores.
Un grupo de religiosas
benedictinas inglesas escogió París y en 1664 es
cuando se instaló en este espacio.