A pesar de todo el
Puente Nuevo sigue entre los puntos
de referencia de París.
Representado en muchas
pinturas, envuelto por Christo en 1985, escenificado en varias
películas, también es el punto de salida de varios
paseos en barco.
Yo aprecio su relativa
tranquilidad entre estas orillas invadidas por el tráfico
automóvil. Me gusta su ritmo lento y sus aperturas hacia
la plaza Dauphine, la Samaritaine
o el pequeño jardín del Vert-Galant.
Pero eso supone disfrutar
de la ciudad a destiempo.