El Sena

Los Candados de los Enamorados

Entre todos los puentes de París, los enamorados echaron el ojo a la pasarela de los Artes.

Aquí es donde se desarolló un nuevo rito moderno: jurarse amor eterno, instalar un candado en la barandilla de la pasarela y tirar la llave al Sena, convirtiendo el rio en guardián del amor.

Algunos se contentan de colgar un candado, otros lo personalizan con dibujos, nombres y fecha.

 

Cuando descubrí de paso esta colección de huellas algo ingenuas, pensé que la pasarela conservaba la magia evocada por Cortazar.

Pero algunos no aprecian esta invasión del espacio urbano y periodicamente quitan los objetitos.

Nadie sabe quien se dedica a borrar estas marcas de amor. Pero pronto reaparecen nuevos candados y la pasarela sigue el puente de los enamorados.