La entrada de la Villa
Santos-Dumont se halla en la curva de la calle, justo al lado
de la puerta econdida.
Es un callejón
sin salida bordeado de casas pequeñas, cubiertas de cepa
virgen. Es un rinconcito tranquilo que sirvió de refugio
a varios artistas: el escultor Ossip Zadkine, el pintor Victor
Brauner y otros...
Yo lo recorri metódicamente
y confieso que no consigo elegir cual sería la "casa
de mis sueños". Vacilo entre una construcción
moderna con una maravillosa terraza y otro edificio más
anódino pero con un jardín excepcional en el centro
de París.
A ver si ubicas estas
casas y si me puedes dar una opinión que me ayude a elegir...