La Cité Floréale designa un conjunto de villas con nombres de flores.

Ocupa el triángulo formado por las calles Auguste Lançon, Brillat-Savarin y Boussingault, en el suroeste del distrito XIII.

Y la verdad es que al descubrir este conjunto de callecitas comunicando casitas de tamaño humano y a salvo del tráfico automóvil, uno se siente muy lejos de la Gran Ciudad.

Este barrio fue construido entre 1925 y 1930 en un terreno bordeando el cauce de la Bièvre y recien desaguado. En aquel entonces, no se arriesgaban a levantar altos edificios en zonas de este tipo y así es como surgió esta urbanización.

Orquídeas, glicinas, volúbilis, iris, correhuelas, son cinco calles que uno explorará con gusto, en busca de la casa ideal.

Las casas tienen diseños relativamente diferentes. Pero como casi todas son de ladrillos y tienen tamaños parecidos, el conjunto tiene cierta homogeneidad.

Globalmente muy bien cuidadas, casi todas las casas lucen una agradable vegetación y algunas se adornan en temporada de variedades muy perfumadas de rosales.

Confieso que esa casa blanca me llamó la atención pero antes de escoger quise dar la vuelta completa de este recinto.