Confieso que este espacio
me impresionó muchisimo.
Pasé tiempo
contemplando el juego de la luz, los cambios de colores.
Me acerqué,
me alejé, me dejé invadir por su magía y
sé que las imagenes que robé no son más que
un flojo reflejo de este universo.
Pero la Orangerie me
reservaba otras sensaciones.