La aguja que ves en esta
foto por ejemplo fue construida en 1853 para reemplazar la que tuvieron
que derribar al final del siglo XVIII. Pero lo hicieron respetando el
estilo del siglo XV. Dicen que sería la quinta aguja desde el
siglo XIII. Pero si pesa 230 toneladas, cuenta 33 metros de alto y acaba
a 75 metros del suelo, pues no es mucho.
Antes de llegar a la entrada,
podrás contemplar algunas gárgolas y admirar el ritmo
que dan al edificio sus impresionantes contrafuertes. Eso te dará
una idea de la cantidad de vidrieras que uno puede admirar desde el
interior.
Por cierto, para entrar te
cobran 6,50 euros. ¿Entramos?