En 1899, la Compañía
del Metro Parisino (CMP) organizó un concurso de diseño
para las entradas del metro. Uno de los objetivos era que fueran
fáciles de identificar.
Los proyectos presentados
parecieron demasiado clásicos y ninguno fue seleccionado.
Entonces el banquero
Adrien Bénard, presidente de la CMP, propuso que contrataran
a Hector Guimard.
El joven arquitecto
acababa de levantar el famoso "Castel
Béranger" y aceptó el desafio.
Diseñó
esencialmente tres tipos de entradas: cercos corrientes, edículos
de tipo A y edículos de tipo B.