Todo empieza en los
talleres de la Porte d'Aubervilliers.
Aquí es donde
la Asociación
ADEMAS acoge a los viajeros de este curioso periplo, alrededor
de las once de la noche.
Controlar las entradas,
distribuir documentación, constituir grupos...
Confieso que el principio
de esta noche me despistó un poco pero pronto entendí:
son cuatro centenas de personas las que participan a estas noches
en el metro y por razones obvias, es preciso organizar las cosas.
Entonces reunen una
treintena de personas para formar un grupo y luego llevan cada
grupo a visitar los talleres, dejando cierto tiempo para evitar
la confusión.
La visita empieza en
una nave gigante en donde fabrican los rieles y los cambios de
agujas que sirven en el metro.
Descubres que ajustan
la curva de los rieles antes de llevarlos a su destino final porque
el tráfico del metro se interrumpe cuatro horas cada noche
y eso no da tiempo para ajustar los rieles in situ.
Lo más
impresionante es la yuxtaposición de máquinas de mando
numérico y de procesos artesanales de todas clases.
Al salir de la nave,
uno puede contemplar las locomotaras que sirven cuando hacen obras.
Son trenes especiales
con algo de autonomía para funcionar cuando cortan la alimentación
eléctrica de los rieles.
Hay varios modelos
adaptados a varios tipos de obras.
Y en la nave siguiente
también se ven otras locomotoras...
Esta visita se acaba
poco despues de medianoche y entonces, es cuando empieza el viaje
de noche en un viejo metro "monumento histórico",
después de que haya pasado el último metro del día
en esa dirección.