La calle de Turbigo
fue creada en 1858. En su número 57 es donde se halla
esta monumental escultura que tiene casi tres pisos de extensión.
Instalada precisamente
en un ángulo obtuso de la fachada, fue probablemente
un artilugio inventado por
el arquitecto (desconocido) del edificio para disimular
una arista de poca gracia.
Pero el folclore
popular se apoderó del personaje.
Por hallarse en un
barrio muy especializado en la producción textil, esta
gran mujer elegante, luciendo borlas y cintas, collar y alas,
fue bautizada Genio de la Pasamanería.