Y efectivamente,
unos centimetros más abajo se veía una marca de
nivelación.
Algunos dicen que
aquí es donde se halla el punto más alto de París.
Pero mirando los mapas, sigo pensando que se esconde en la colina
de Montmartre.
Apartando estas batallas
de cifras, quise celebrar el discreto trabajo de estos científicos
anónimos que siembran en el territorio marcas
de todos tipos para que podamos ubicarnos.