El cortejo empieza
por un camion que vende a quien quiera un platillo de ofrendas
para unirse a la fiesta.
Este día es
una oportunidad excepcional de intercambio entre comunidades.
Luego vienen mujeres
que llevan, en la cabeza, recipientes con incienso.
Festival de colores,
torbellinos de olores, ya te sientes muy lejos de París.
Cuando llegan los músicos
y los grupos de bailadores, ya estás listo para contemplar
el paso de las carrozas de los Dioses
y participar a los rituales de intercambios de ofrendas.