Nicolas Flamel formaba
parte de la Universidad de París como escritor-jurado.
Era un administrador inteligente y supo invertir oportunamente.
Piadoso y adinerado,
también era un donante generoso y la divisa de su casa
era "Ora et labora".
Pero el origen de su
fortuna pareció incomprensible a mucha gente y de allí
nació una leyenda persistente afirmando que en realidad
era un alquimista en busca de la piedra filosofal y de algún
método para cambiar el plomo en oro.
Esta leyenda fue fortalecida
por la publicación en 1561 de un tratado de alquimía
atribuido a Nicolas Flamel y encontró una actualidad nueva
con las aventuras de Harry Potter...
Yo no entro en las
peleas de historiadores. Lo cierto es que todavía se ven
algunas esculturas en la fachada de la vieja casa y si no son
llaves para los misterios de París,
por lo menos cosquillean la imaginación...