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Au Pied de Fouet

Descubrí el restaurante "Au Pied de Fouet" cuando hice el recorrido por las tierras de Rachida y como me quedé con un buen recuerdo decidí repetir para cenar.

Ubicado en el número 45 de la muy tranquila calle de Babylone, este sitio sería una antigua albergue de diligencia con más de siglo y medio de existencia. Lo cierto es que el local es pequeño y a pesar de tener dos plantas, apenas caben unas cuarenta personas.

 

Pero eso no es grave porque también se trata de un típico bistrot parisino, lo cual significa que te atienden y te sirven rapidamente y que si no te apuran, tampoco te dejan eternizarte: en cada servicio, cada silla tendrá entre dos y tres dueños sucesivos.

Y si no hay sitio cuando llegas, esperas en la barra que alguien se marche.

Yo llegué temprano y pude instalarme enseguida en la planta alta en donde las cortinas y los manteles a cuadros rojos y blancos dan a la sala un toque de "como en casa" y las vigas de madera aparente reforzan esta sensación.

 

La carta cuenta una veintena de entradas, una decena de platos y varias sugerencias del día.

Probé una tarta de tres quesos muy gustosa y un ciervo saltado riquísimo. Y luego no supe resistir a la crema de caramelo casera.

Trás tomar el café lo normal es pagar en la barra. Un menú completo (con vino y gaseosa) cuesta más o menos 25€ pero si solo tomas entrada y plato o plato y postre serán 20€.

Mientras pagaba, constaté que todavía tenían una selección atractiva de quesos de Cantal. También noté el casillero en donde los parroquianos guardan su servilleta.

¡Lástima que este tan lejos de mi casa! Me apuntaría.