La carta cuenta una
veintena de entradas, una decena de platos y varias sugerencias
del día.
Probé una tarta
de tres quesos muy gustosa y un ciervo saltado riquísimo.
Y luego no supe
resistir a la crema de caramelo casera.
Trás tomar el
café lo normal es pagar en la barra. Un menú completo
(con vino y gaseosa) cuesta más o menos 25€ pero si
solo tomas entrada y plato o plato y postre serán 20€.
Mientras pagaba, constaté
que todavía tenían una selección atractiva
de quesos de Cantal. También noté el casillero en
donde los parroquianos guardan su servilleta.
¡Lástima
que este tan lejos de mi
casa! Me apuntaría.