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Les Halles

Les Halles es un barrio con una larga historia.

Durante varios siglos albergó el mercado central de París en donde uno encontraba de todo. Profundamente remodelado en los años 1850 con la construcción de los pabellones de Baltard, su cotidiano fue magníficamente evocado por Zola en "El vientre de París".

Pero esta larga historia se acabó en 1969 con el traslado del mercado en Rungis.

Entonces empezó un largo proceso de reordenación urbanística.

 

El primer elemento estructurante fue, a mi parecer, la creación de un inmenso nudo de transporte subterráneo inaugurado en 1977.

Encima de la estación, los arquitectos Claude Vasconi y Georges Penchreac'h diseñaron un centro comercial de cuatro niveles ordenados alrededor de una plaza baja.

El toque final fue añadido en 1983 por Jean Willerval y sus estructuras que algunos ven como paraguas, otros como níscalos.

 

El proceso continuó al lado de Saint-Eustache con la creación de una segunda zona totalmente subterránea diseñada por Paul Chemetov.

A partir de la plaza cuadrada que da acceso a la red de transportes y al primer centro comercial, una galería larga de 80 metros lleva a la zona de cines. Por un lado instalaron una zona de tiendas. Por el otro están los equipamientos públicos (piscina, gimnasio, ...)

En la superficie, Louis Gerard Arretche diseñó un amplio jardín inaugurado en 1986 en donde destacan la gran alameda diagonal y algunas esculturas.

 

El panorama tiene cierto encanto y la yuxtaposición de varios estilos arquitectónicos proporciona un resumen de la historia de París.

Entonces algunos se preguntarán porque el Municipio de París lanzó un nuevo concurso de arquitectura para renovar este sector.

 

La explicación se vuelve relativamente evidente al pasear por Les Halles escogiendo horas, días y temporadas distintos.

A lo largo de los años el desarollo del nudo de transporte puso Les Halles al alcance de las lejanas afueras de París y un nuevo grupo de población empezó a rondar por este barrio. Atraídas por la magia de la Ciudad Luz, estas personas no tienen un poder adquisitivo adecuado para convertirse en clientes del centro comercial. Y peor todavía, muchos no tienen el capital cultural necesario para disfrutar de París, incluso sin dinero.
Total estas pandillas se quedan en el vecindario inmediato del forum mientras los compradores van por otros lares.

En la zona del jardín el problema es de otro tipo. Si la definición de varios espacios más o menos especializados puede ser una buena idea, la presencia de barreras, setos y demás estructuras relativamente altas complica la comprensión del espacio y le quita una parte de la visibilidad. En una ciudad en donde anochece a las 17:00 eso provoca legítimamente cierta aprensión.

 

¿Y ahora que?

Si la remodeleción del jardín puede mejorar las cosas, dudo que algún proyecto arquitectónico consiga resolver el problema sociológico.

Mientras no llegan a un compromiso, seguiremos admirando la plaza baja y sus vidrieras ya de otro siglo.